El robo de 18 kilos de cocaína fue la supuesta causa por lo cual sujetos armados torturaron y luego asfixiaron al nicaragüense Miguel Ángel Narváez Guillén, de 52 años, alias “Chata” en San Vicente de La Unión de Tres Ríos, en Cartago, Costa Rica.
El nica fue secuestrado en su propia casa la mañana del martes y torturado durante seis horas por los delincuentes, para que informara sobre el paradero de un cargamento de droga, de la cual finalmente dijo que estaba oculta en una fosa bajo el gallinero de una casa vecina.
En la propiedad donde estaba el gallinero, los sicarios ataron a un hombre de apellido Cordero, aparente dueño de la propiedad, a quien luego lanzaron a un guindo de 50 metros de profundidad, pero sobrevivió y salió por sus propios medios, para avisar a la policía.
El nicaragüense asesinado tenía antecedentes por venta de drogas y portación de armas de grueso calibre.
Según el sobreviviente de apellido Cordero, el nica Narváez le pagó menos de 200 dólares por instalar el gallinero en su propiedad, y luego le daba menos de 100 dólares mensuales.
Cordero dijo a las autoridades ticas que desconocía que debajo del gallinero, estaba el cargamento de droga en una fosa.