Agustín Alexander Pérez, de 40 años, murió intoxicado después de empinarse una botella con insecticida para calmar el dolor que le provocaban las lesiones que sufrió al accidentarse en motocicleta, en Chinandega.
En un intento por salvarle la vida, Agustín Pérez fue trasladado al hospital España, en Chinandega, donde se rindió a la muerte a causa de los estragos que el insecticida le causó en el organismo.
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Según familiares, Agustín después de accidentarse en estado de ebriedad en motocicleta llegó a su casa retorciéndose del dolor y en la “bolenca” se bebió el veneno para matar hormigas y zompopos, confiando que la sustancia le calmaría el dolor, pero le causó la muerte.