Decirle un piropo a una trabajadora sexual, le costó caro al piruquita Leopoldo Hernández, de 50 años, quien fue apuñaleado en el cachete izquierdo por la meretriz a la que con voz sensual le dijo: “Adiós Amor”.
El hecho se registró en el barrio El Progreso, en la ciudad de Matagalpa, donde “Polo” Hernández estaba “empinando el codo” en una esquina y al ver pasar a la sexo-servidora le dijo el piropo y se armó el “bochinche”.
“Ella andaba bola, sólo le dije Adiós Amor y sacó un cuchillo y me lo metió en el cachete”, relató con nerviosismo Polo Hernández, quien se salvó de que el arma blanca le perforara el cuello.
El lesionado fue atendido en el lugar por miembros de Cruz Roja y luego trasladado al hospital Cesar Amador Molina, de Matagalpa, donde tendrá que recuperarse de la goma y de la herida abierta que lo mantendrá bebiendo sólo juguito, por varios meses.