Margini Fernández y don Julio Otero, padres del niño Julio Otero Fernández, de 8 años, quien el domingo 30 de octubre, fue devorado por un cocodrilo en el río Matina, en Limón, Costa Rica, indicaron que su vida cambió y a inicios del próximo año, se regresarán a vivir a Matagalpa de donde son originarios.
La pareja indicó que venderán su casa en Matina, para juntar dinero y retornar a Nicaragua, para tratar de recobrar un poco de la paz que ese trágico hecho les arrebató.
“Es imposible seguir viviendo en 4 Millas de Matina, pues en cada rincón de la casa encontramos algo que nos hace recordar a Julito, eso nos causa mucho dolor. Aquí no podemos estar, porque pasamos recordando a cada rato, lo bonito que era tenerlo aquí con nosotros. Se nos hace muy difícil entonces vamos a tener que salir de aquí”, dijo adolorida doña Margini.
Agregó que desde hace tres años viven en la comunidad limonense y consideró que su tiempo en Costa Rica ha terminado, ya que nunca podrán cerrar la profunda herida que les causó el cocodrilo.
“Yo aquí no me pienso quedar, porque así como protegen a esos animales capaz que luego van a salirse del río a atacar a más personas y la verdad es que da miedo que algo así vuelva a pasar”, señaló Margini Fernández.
Indicó que no solo ella y su esposo Julio sufren el dolor. También sus otros cuatro hijos de 16, 15, 11 y el menor de 3 años, los embarga la tristeza desde el día que ocurrió la desgracia.
“Ellos se hacen los fuertes, pero uno se da cuenta que están tristes, porque cuando lo recordamos es imposible que no se nos salgan las lágrimas”.
Fernández explicó que hasta el momento los personeros del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) no han logrado atrapar al cocodrilo, debido a que las lluvias de los últimos días han incrementado el caudal del río Matina.
La madre de Julio dijo que en el fondo de su corazón ella solo desea que le den muerte a ese animal, pues aseguró que si lo atrapan para llevarlo a otro lugar, prefiere que no hagan nada.