En el año 2025, se ha detectado un aumento de preocupantes violaciones a los derechos de los refugiados y migrantes en Europa, especialmente en las fronteras.
Organizaciones internacionales reportan devoluciones ilegales, falta de acceso a servicios básicos y políticas de disuasión que vulneran las normas internacionales.
Estados miembros de la UE han sido acusados de devolver de manera ilegal a personas refugiadas y migrantes a Bielorrusia, lo que infringe el principio de no devolución.
También se ha denunciado que algunos países, como Bélgica, no están brindando los servicios de acogida necesarios a quienes solicitan asilo, lo que viola sus derechos y dignidad.
Las políticas migratorias y de asilo de la UE están cada vez más enfocadas en disuadir a las personas de buscar asilo, lo que afecta negativamente a los derechos de las personas en las fronteras.
Las autoridades europeas han sido acusadas de no brindar la protección adecuada a las personas refugiadas y migrantes, especialmente en las fronteras, lo que ha resultado en muertes y otras violaciones.
La UE ha firmado acuerdos con países como Ruanda para enviar a solicitantes de asilo a esos países, lo que puede violar las obligaciones internacionales de no devolución y las normas de protección de refugiados.
Por otra parte, se ha presentado un proyecto de ley en Polonia que suspende el derecho de asilo, lo que ha generado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos.
De igual manera, la xenofobia y el discurso de odio contra las personas refugiadas y migrantes están aumentando en Europa, lo que dificulta aún más el acceso a sus derechos.
La crisis económica ha sido utilizada como pretexto para recortar derechos, especialmente los de grupos vulnerables como los migrantes y refugiados.
Entre las organizaciones que denuncian estas violaciones están Human Rights Watch, Amnistía Internacional, ACNUR y Red Acoge.
En conclusión, la situación de los derechos de los refugiados y migrantes en Europa es preocupante.
Las políticas de disuasión, las devoluciones ilegales, la falta de servicios de acogida y el aumento de la xenofobia ponen en riesgo la vida y los derechos de estas personas.
Es preocupante que los Estados miembros de la UE no cumplen con sus obligaciones internacionales y por el contrario violan los derechos humanos de los refugiados y migrantes.