La afirmación de que el reo Silvio Javier Mayorga González se está comiendo sus heces fecales en la cárcel, ha desatado un debate entre la población acerca del daño que podría causarle tal práctica, y las opiniones de los especialistas son contrarias a las que se creen.
La jueza primero especializado en violencia, Fabiola Betancourt, condenó a 34 años de cárcel a Silvio Javier Mayorga por la violación y asesinato de Angélica Verónica Castro, de 23 años, perpetrados a inicios del mes de octubre, en una cuartería del barrio San Judas.
En su defensa, el abogado Jacinto Miranda dijo que Silvio Javier Mayorga está sufriendo trastornos mentales y le pidió a la jueza que remita a su cliente a valoración psiquiátrica al Instituto de Medicina Legal, a la vez que pidió una reducción de condena a 20 años.
Ante tal petición conocida públicamente, hay quienes han dicho que lo que está haciendo Silvio Javier es practicar la Coprofagia, y de acuerdo a los especialistas, eso no es del todo dañino, de tal manera que lo puede seguir haciendo mientras cumple su condena.
Al respecto, un artículo publicado por la UNC School of Global Public Health, indicó que “comer heces no es del todo dañino si estas provienen de un individuo saludable, pues las bacterias que ahí se encuentran son las mismas que viven en el sistema digestivo de quien las produce”.
Otra investigación publicada en el New England Journal of Medicine reveló “que trasplantar heces de un individuo a los intestinos de otro, cura con mayor efectividad ciertas infecciones bacterianas que los antibióticos regulares”.
Parul Agarwal, profesor asistente de gastroenterología y hepatología en la Universidad de Wisconsin, indicó que consumir los desechos corporales es “perfectamente sano, porque la orina es estéril y porque la materia fecal, aunque no tiene esta misma característica, tiene la ventaja de que los organismos posiblemente tóxicos son los mismos que ya llevas contigo.