La nicaragüense Elizabeth Lucila Guillén Fonseca, de 23 años, fue encontrada muerta anoche en el fondo de una poza séptica en Panamá, luego de que su cónyuge confesó que la mató a golpes y detalló dónde había botado el cadáver.
Elizabeth Guillén desapareció sin dejar rastros en la barriada San Cristóbal, en Chepo, distrito de la provincia de Panamá, desde finales del mes de agosto, tras lo cual sus familiares interpusieron la denuncia ante las autoridades.
Según medios de comunicación panameños, el cónyuge de la víctima laboraba como odontólogo, y luego de cometer el crimen, no soportó el cargo de conciencia y confesó el crimen ante las autoridades.
De acuerdo a los informes, el día de los hechos, el sujeto discutió con Elizabeth Guillén y después la golpeó en la espalda con una varilla de acero, hasta matarla. Luego lanzó el cuerpo en la pila séptica de la misma clínica.
El odontólogo asesino fue llevado este viernes a una audiencia de garantías a un tribunal panameño, en tanto la familia de la pinolera está exigiendo un castigo ejemplar.
La directora del Instituto Nacional de la Mujer de Panamá, Nellys Herrera, compartió un contundente mensaje en sus redes sociales, señalando que al asesino no le bastó la cobardía de matarla a golpes por la espalda, sino que demostró su desprecio por la vida de una mujer arrojando su cuerpo entre el excremento en un tanque séptico.
Es un asesino “profesional” sin escrúpulo alguno, dijo la funcionaria pública.