La tarde de este martes fue sepultado en el cementerio central de Nandasmo, Masaya, el pequeño Gabriel Antonio Pérez Martínez, de 10 años, conocido cariñosamente como “Chimbomba”, quien fue abusado sexualmente y posteriormente estrangulado por delincuentes desconocidos, en Tegucigalpa, Honduras.
El cuerpo de Gabriel fue repatriado la madrugada de este martes, hacia la casa de su abuela materna, en el barrio 5 de Junio, en su natal Nandasmo, donde sus familiares y conocidos, consternados por el crimen pidieron a la policía catracha que capturen a los responsables del aberrante hecho.
“Me lo lleve para que paseara y que la salida le sirviera para que mejorara su comportamiento, porque era muy hiperactivo”, dijo entre lágrimas don Raúl Pérez, padre del pequeño Gabriel, quien el pasado sábado se extravió mientras su progenitor vendía dulces a base de papaya, en el parque central de Tegucigalpa.
Fue hasta la mañana del domingo 13 de noviembre, que el cuerpo de Gabriel fue encontrado a orillas del río Choluteca, entre unos matorrales en los que los salvajes que lo ultimaron dejaron tirada la ropa íntima y los zapatos del menor.