Una nueva prueba con Carbono 14 realizada por el Instituto de Energía y Medioambiente de la Universidad Estatal de Pennsylvania confirmó que las Huellas de Acahualinca, localizadas en el Distrito 2 de Managua, Nicaragua, tienen una antigüedad de entre 7,000 y 7,500 años Antes del Presente.
En un informe enviado por el doctor Héctor Nefft al licenciado Clemente Guido Martínez, Director de Cultura y Patrimonio Histórico de Alcaldía de Managua, el experto compartió los resultados de los análisis de carbono 14 de paleosuelos muestreados recientemente en las fosas de las huellas de Acahualinca.
Las muestras se sacaron con la colaboración de Edgar Espinoza Pérez y Humberto León Obando, de la Alcaldía de Managua.
Los análisis se realizaron en el laboratorio de Carbono 14 por espectrometría de masa acelerada, que es parte del Instituto de Energía y Medioambiente de la Universidad Estatal de Pennsylvania.
El laboratorio es dirigido por el Dr. Brendan J. Culleton, y aunque hasta el momento no han preparado un informe técnico que sería sujeto a revisión de pares, hay suficiente confianza en la validez de los resultados y que son de total interés para difundirlos ahora de forma preliminar.
Existen dos estimaciones muy diferentes para la edad de las huellas de Acahualinca. Una se basa en una fecha de carbono catorce de 5945 +/- 145 Antes del Presente, obtenido por el canadiense Alan Bryan en 1973.
Esta pertenece a un paleosuelo debajo de la capa de las huellas, y Bryan (1973) sugirió una fecha de 3,000 antes de Cristo para las huellas, para permitir suficiente tiempo para el desarrollo del suelo.
La otra fecha fue propuesta por el equipo de geólogos alemanes (Pérez y Freundt 2006; Schmincke en 2009). Esta fecha, de aproximadamente 2,100 Antes del Presente se obtuvo de moldes de vegetación asociados con la Triple Capa de Masaya, que se encuentran en la capa de lodo que contiene las huellas.
La diferencia de al menos 3,000 años entre estas dos estimaciones ha permanecido sin resolución durante casi dos décadas, lo que obviamente impide el entendimiento de la historia de ocupación humana de la cuenca del Lago de Managua.
Sin embargo, estas nuevas fechas eliminan la posibilidad que la cronología sugerida por los geólogos alemanes sea correcta.
En todo caso, los nuevos estudios permiten especificar con exactitud la fecha cuando las huellas fueron puestas, y ahora hay mucha más confianza de que pertenecen a una época miles de años antes de la fecha de 100 antes de Cristo sugerida por Pérez y Freundt (2006) y Schmincke et al. (2009).
“Necesitamos destacar que no estamos en desacuerdo con la estratigrafía de Perez y Freundt (2006) y Schmincke et al. (2009), solo con las fechas que proponen”, señala el informe.
Sus fechas son de material orgánico asociado con moldes de vegetación que se encuentran dentro de la parte inferior de la Triple Capa de Masaya.
Una posibilidad es que este material orgánico pertenece a raíces que penetraron los moldes muchos años después del evento de la erupción.
En resumen, con esta nueva evidencia, podemos identificar las personas que dejaron las sendas de Acahualinca como un grupo de cazadores y recolectores, quizás una familia, que aprovechaba de los recursos lacustres de la cuenca del Lago de Managua durante el período Arcaico Medio.
Su vida normal se interrumpió por un desastre volcánico, y tuvieron que huir hacia la orilla del lago, cruzando una capa de lodo que preservó sus huellas, reitera el informe.