Al finalizar el acto de la presentación de las cartas credenciales de 19 embajadores concurrentes, ante el presidente de Nicaragua, comandante Daniel Ortega, la vicepresidenta compañera Rosario Murillo, expresó que somos pueblos amantes de la paz.
«Mientras escuchaba al comandante se me venían estrofas de poemas, canciones. La paz como derecho de la humanidad. La paz como derecho de los pueblos pequeños, medianos y grandes. El hecho de que seamos un país pequeño no nos hace una patria pequeña, como decía Rubén. No hay patria pequeña, uno grande la sueña”, expresó la compañera Rosario.
En ese sentido, haciendo referencia a la patria, manifestó que toca hacerla grande cada día, trabajando duro, con dedicación, esmero y sirviéndole al pueblo con amor, “este pueblo cristiano sabe que en el amor al prójimo está la diferencia, en el respeto está la diferencia y en recorrer sendas de fe y esperanza está la diferencia”, indicó.
La compañera Rosario Murillo dijo que por eso hoy se conmemoran los 103 años de la partida de Rubén a otro plano de vida, “nos sentimos contentos de haber compartido con 19 embajadores que representan 19 gobiernos, 19 pueblos que son amigos de nuestro pueblo, de las familias nicaragüenses, contentos, agradecidos, complacidos”.
“Y también un día, este día, es un día para celebrarnos como familia nicaragüense que compartimos valores, que compartimos creencias sagradas, que compartimos el orgullo de tener en esta Nicaragua, país pequeño geográficamente hablando, pero grande en sueño de aspiraciones, al príncipe de las letras castellanas. A nuestro universal Rubén Darío”, refirió.
Señaló que esta fecha para recibir a los embajadores se pensó bien, “porque sentimos que la universalidad de Rubén se grafica también en la amistad de tantos pueblos y tantos Gobiernos, con el pueblo, con la familia de nuestra Nicaragua bendita”.
Agregó que es un día para afianzar los compromisos que cada día se asumen, pero, “en la medida en que amanece y nacemos otra vez, y agradecemos a Dios por la vida y por la esperanza, nos comprometemos más en el trabajo, en el servicio y, más sobre todo, en asegurar paso a paso el derecho a una vida y un futuro mejor para todos. Con bienestar, tranquilidad, seguridad, en armonía, y sobre todo, una vida que nos garantice a todos sentirnos contentos y esperanzados en esta Nicaragua, que como decía Rubén, que como decía Sandino, las mismas palabra: Luz, Vida y Verdad”,
“Desde nuestra Nicaragua llena de fe, llena de confianza en Dios, llena de esperanza, un abrazo desde esta Casa de los Pueblos a todas las familias nicaragüenses, en la certeza, en la confianza en Dios nuestro Señor de que vamos adelante, porque sabemos ser prudentes, porque sabemos ser serenos, porque sabemos ser humildes, que no quiere decir, dejar de hacer. Ser humilde es como dice Rubén, ser sincero, ser humilde es ser potente. Somos un pueblo grande y vamos adelante. En amor a Nicaragua y en amor cristiano y solidario”, finalizó la vicepresidenta de Nicaragua.