Con dos tabletas de curar frijoles, se privó de su existencia la tarde de este jueves Carlos Alberto Centeno, de 25 años de edad, en uno de los cuarto del Hospedaje Cristopher ubicado de los semáforos de los antiguos Repuestos Bóer, una cuadra abajo y 75 varas al lago, Managua.
María Nazarena Reyes Guido, de 20 años, cajera del hospedaje, dijo que Carlos Alberto, llegó solo y solicitó un cuarto, pues le manifestó que quería descansar y bañarse.
Luego de dos horas, escucharon quejidos que provenían del cuarto por lo que María Reyes buscó a la encargada del lugar María Lorenza Guido Murillo para que fuera a asomarse.
Ambas mujeres tocaron la puerta del cuarto y abrió Carlos Alberto, quien les dijo que había ingerido 2 tabletas para preservar granos básicos, le entregó su celular Samsung S6 a doña María Guido y luego se desplomó boca abajo, falleciendo poco después.
La policía encontró en el cuarto un tubo plástico gris con el emblema de una calavera, una cajita de fósforos, una cajetilla con 5 cigarrillos y un par de zapatos marca Nexus talla 43, color negro con suela blanca. El cuerpo fue trasladado a Medicina Legal, donde fue reclamado por sus familiares.
Según fuentes extraoficiales, Centeno laboraba como gestor de cobranza de la empresa Calzados La Moderna, ubicada de Ropa Usame media cuadra al lago, donde su jefe Roberto Carlos Sequeira Miranda, descubrió un faltante de 43 mil córdobas que habían sido pagados por la clienta Anabel Leiva por lo que empezaron a pedirle explicación.
Sin embargo, en un descuido salió de la tienda y aunque su jefe Roberto Carlos Sequeira trató de comunicarse con él, no respondió su teléfono, y supieron de su paradero hasta que les llegó la noticia de que se había matado.