Un bailarín nicaragüense de apellido Herrera es el principal sospechoso de haber asesinado de manera atroz a la anestesióloga María Luisa Cedeño, ocurrido el 20 de julio de 2020 en una habitación del hotel La Mansión Inn, en playa Manuel Antonio, en Quepos, Costa Rica.
De acuerdo al juicio que ya lleva tres días, el bailarín pinolero vivía en el hotel y presuntamente actuó con la complicidad de un sujeto de apellido Bodaan, dueño del alojamiento; y otro de apellido Miranda, quien es administrador de negocios con énfasis en finanzas.
Como parte del juicio llegó a declarar un especialista del Organismo de Investigación Judicial quien expresó que “Nunca había visto un escenario de esa magnitud, con tanto ensañamiento sobre la víctima y con tantas lesiones”.
El agente que labora en la delegación de la Policía Judicial en Quepos aseguró que ha atendido más de 400 escenas de crimen, pero tras este caso remató: “Nunca había visto algo así”.
Durante su declaración, hizo énfasis en que en la escena del crimen había gran cantidad de sangre, golpes que presentaba la ofendida así como de signos de registro.
Pero este martes 20 de septiembre, el testigo se concentró en las lesiones que presentaba la víctima en sus partes nobles así como la destrucción de su perineo; el suelo de la pelvis que en las mujeres separa externamente los orificios vaginales y anales.
En su declaración, el experto llegó incluso a mencionar que esas heridas pudieron haber sido ocasionadas por un brazo, lo que permite determinar un perfil del asesino quien actuó con mucho rencor y mucho odio contra la víctima.
La Fiscalía de Quepos y Parrita acusó al nica y a los otros dos hombres por el homicidio de María Luisa Cedeño. Al pinolero además se le atribuye violación calificada de la mujer.
La muerte de la doctora fue ocasionada por una lesión que derivó de la compresión de su cuello así como de una golpiza «cruel y despiadada». El cuerpo además presentaba cuatro mordeduras, contusiones, fracturas, golpes y rasguños.