El cierre del año 2024 está siendo tristemente marcado por una serie de accidentes aéreos que han cobrado unas 250 víctimas mortales y gran cantidad de heridos en diferentes partes del mundo.
Los percances han involucrado aeronaves, aerolíneas y aeropuertos en distintos países.
Desde fallas técnicas que alteraron los vuelos de miles de pasajeros hasta tragedias fatales que dejaron víctimas mortales, estos eventos han generado inquietud entre usuarios, quienes se han cuestionado sobre la seguridad en la aviación comercial y privada.
Uno de estas tragedias que quedará registrada como una de las más graves de la historia de la aviación ocurrió ayer en Corea del Sur, donde un Boeing 737-800 de la aerolínea surcoreana Jeju Air, se estrelló tras un intento fallido de aterrizaje en el aeropuerto de Muan, en el suroeste del país.
En el avión viajaban 181 personas, de las que lamentablemente murieron 179, en tanto dos lograron sobrevivir.
La aeronave había despegado horas antes del aeropuerto de Suvarnabhumi en Bangkok, Tailandia.
Tras un primer intento de aterrizaje fallido, durante el cual se reportaron problemas técnicos, la aeronave intentó un segundo aterrizaje de emergencia. Sin embargo, el avión no logró completar la maniobra, se salió de la pista, impactó contra un muro y explotó.
Las autoridades surcoreanas iniciaron una investigación para determinar las causas exactas del siniestro. Inicialmente se habló que fue provocada por un pájaro que se quedó prensado en un ala, pero aún no se ha confirmado.
El gobierno de Corea del Sur decretó ayer mismo siete días de duelo nacional ante el mayor desastre aéreo del país.
Este lunes otro vuelo de la misma línea aérea surcoreana Jeju Air, que iba a cumplir una ruta interna en Corea del Sur, tuvo que regresar al aeropuerto de origen tras presentar una falla en el tren de aterrizaje, similar a la que tuvo el otro avión del mismo modelo, que se estrelló ayer en Muan.
La flota de la línea aérea surcoreana Jeju Air está conformada por 41 aviones, de los que 39 son del modelo Boeing 737-800, el mismo que sufrió el siniestro ayer.
Otra de las desgracias de la última semana ocurrió el pasado 25 de diciembre, cuando un avión de pasajeros de la aerolínea Azerbaijan Airlines, sufrió un accidente en Kazajistán, con saldo de 38 muertos.
El avión, un Embraer 190, operaba el vuelo Bakú-Grozni J2-8243 se estrelló en territorio kazajo. Según la versión oficial de la aerolínea, la aeronave se desplomó por «interferencias externas, físicas y técnicas».
Mientras que en México, el pasado 22 de diciembre, una avioneta Cessna 207 se desplomó en una zona boscosa del municipio de Quitupan, en el estado de Jalisco, México.
En la aeronave que había partido de La Parota, en Michoacán, viajaban siete personas, entre ellas dos mujeres y cinco hombres, los que lamentablemente fallecieron.
Mientras que en Emiratos Árabes Unidos, la Autoridad General de Aviación Civil confirmó el accidente aéreo de ayer domingo cuando un planeador biplaza del Jazirah Aviation Club se estrelló frente a la costa de Ras Al Khaimah.
En el hecho murieron su piloto un médico indio de 26 años, y una mujer paquistaní de 29 años que iba de acompañante, los que habían alquilado el planeador para hacer turismo.
Ayer domingo también se conoció de otra tragedia aérea cuando un helicóptero del Ejército de Guatemala, impactó contra unos cables de alta tensión y se desplomó sobre el río Chixoy, murieron un capitán y un teniente únicos ocupantes de la aeronave.
Las autoridades guatemaltecas, informaron que el helicóptero realizaba labores de apoyo a fuerzas terrestres que precisamente se desplazaba a verificar la caída e incineración de una avioneta monomotor que se presume fue utilizada por el crimen organizado para transportar droga, en Playa Grande, Ixcán, Quiché.
El pasado 22 de diciembre, en Brasil también murieron 10 personas cuando un turbohélice Piper Cheyenne 400, impactó la chimenea de una casa y luego el segundo piso de un edificio antes de estrellarse contra una tienda de celulares en un barrio en gran medida residencial de la localidad de Gramado, en el estado brasileño de Rio Grande del Sur.
En el accidente más de una docena de personas resultaron heridas en tierra, informó la Agencia de Defensa Civil de Brasil.
Otro incidente aéreo ocurrió el fin de semana en Noruega, cuando un avión de la aerolínea KLM, que volaba de Ámsterdam a Oslo, sufrió un deslizamiento al aterrizar en el aeropuerto Torp Sandefjord, a causa de la lluvia intensa y la baja visibilidad.
El avión no pudo detenerse correctamente y se deslizó fuera de la pista. Afortunadamente, no se reportaron heridos graves.
Por otra parte el pasado sábado en el Aeropuerto Internacional Stanfield de Halifax, en Canadá, un vuelo de Air Canadá Express, operado por Pal Airlines, sufrió un percance al aterrizar, lo que retrasó temporalmente las operaciones del aeropuerto.
El avión, que procedía de St. John’s, Terranova, experimentó un «problema sospechoso con el tren de aterrizaje» tras su llegada. Afortunadamente, no hubo víctimas mortales, aunque algunos pasajeros reportaron lesiones menores.
En otro caso similar un vuelo de Viva Aerobús que iba de Cancún a Ciudad Juárez, en México, tuvo que aterrizar de emergencia en el Aeropuerto Internacional de Monterrey.
La aeronave, un Airbus A320 con matrícula XA-VDH, experimentó una despresurización en la cabina mientras sobrevolaba el Golfo de México.
Aunque la despresurización no resultó ser grave, la aerolínea activó el protocolo de emergencia y, tras un aterrizaje sin novedad, los pasajeros fueron reubicados en un nuevo vuelo.