La Comisión de Deportes californiana le quitó la licencia y la reportera lo demandará tras difundir el video.
El video que compartió la periodista norteamericana Jennifer Ravalo (Jenny Sushe), en el que fue abusada por el púgil Kubrat Pulev, recorrió el mundo y dio que hablar. Después de darse a conocer que la reportera demandará al boxeador que la abusó durante una entrevista, fue el propio Pulev el que salió a hablar.
Tras las declaraciones de ambos protagonistas, se sumó una publicación de la novia del búlgaro, en la que salió en su defensa tras lo ocurrido aquella noche después de vencer a Bogdan Dinu.
Tal como lo informó el periódico británico The Sun, Andrea publicó una foto, tanto en su historia de Instagram como en el perfil, en la que se la ve besando al boxeador dentro del ring tras una pelea, sin hacer comentarios en la descripción de la imagen.
Anteriormente, el boxeador búlgaro trató de justificar su beso en la boca a la periodista estadounidense al final de la entrevista en directo -criticado como un acto de acoso- alegando que son amigos y estaba eufórico.
«En realidad con la reportera, con Jenny, tengo una amistad y por eso la besé. Más tarde, esa misma noche, ella se unió a mis otros amigos en la fiesta por la victoria en el combate», explicó Pulev a la televisión búlgara Nova TV.
El boxeador aseguró que se trató de «un beso amistoso» fruto de la «emoción» que sentía después de haber ganado el combate. «Nos conocemos, es amiga mía y estuvo con nosotros antes y después de la pelea», sostuvo.
La cronista, en cambio, cargó contra el púgil y aseguró que, «a mitad de la entrevista, me agarró la cara y me besó. De inmediato me sorprendió y avergoncé y no supe cómo responder. Luego, caminé hacia la mesa para poner mis artículos en la mochila. Él agarró mis nalgas y apretó con ambas manos».
«Me hizo sentir incómoda y frustrada que Kubrat Pulev me tratara de una manera tan poco profesional. No alenté ni consentí a que el señor Pulev me agarre la cara, me bese o me agarre por la espalda. Besar a una mujer en sus labios sin su consentimiento y agarrarla no es aceptable. Ninguna mujer debe ser tratada de esta manera», concluyó.
Finalmente, se conoció que La Comisión de Deportes del Estado de California (CSAC) suspendió la licencia del búlgaro y calificó su accionar como «desagradable, inoportuno e ilegal».