El ucraniano Vasyl Lomachenko le dio clases de boxeo al cubano Guillermo Rigondeaux en el Madison Square Garden.
Rigondeaux ya no salió a pelear para el séptimo asalto por una «lesión» en la muñeca izquierda que, según dijo el cubano, sufrió desde el segundo round y fue a tratar directo al hospital tras la pelea. Independientemente de la lesión, nadie podrá objetar que Lomachenko ganaba la pelea con amplitud en los puntos y sobre el cuadrilátero con su desempeño.
“Demostré parte de mis habilidades y que soy un boxeador que sale a pelear“, afirmó Lomachenko. “Estoy contento, porque esto es el resultado de la preparación y el trabajo y de que tomo las cosas muy en serio cuando se trata de venir a boxear“, recalco.
Lomachenko fue el único que lanzó golpes en los seis rounds que duró la tan anticipada pelea. El ucraniano conectó 50 golpes por sólo 15 de Rigondeaux ( Record de 17-1), de acuerdo al departamento de estadísticas de ESPN.
Lomachenko con record de 10 victorias y solamente una derrota con 8 nocaut, regresó a casa con el mismo cinturón Superpluma de las 130 libras con el que llegó, después de defenderlo de manera exitosa por cuarta ocasión. Además, por cuarta pelea consecutiva, el ucraniano logró que su rival tirara la toalla entre rounds antes de terminar la pelea.
El europeo aseguró estar listo para enfrentar a cualquier rival, incluso al único boxeador que lo ha derrotado como profesional, el mexicano Orlando “Siri“ Salido. “Ya veremos qué sucede. Soy el mejor del mundo. Ahora sólo quiero descansar y tomarme un tiempo para disfrutar de todo esto”, sentenció el campeón ucraniano.