Johan Cruyff, el holandés que lideró a la ‘Naranja Mecánica’ y al Barcelona en la década de los 70 desde el terreno de juego y construyó después el Dream Team azulgrana desde el banquillo, sufre un cáncer de pulmón, detectado esta semana y que le mantiene pendiente de nuevas pruebas.
Johan permanece en Barcelona a la espera de nuevas pruebas, con el ánimo alto para afrontar la enfermedad, de acuerdo con fuentes cercanas a su familia. Considerado una de las personalidades más importantes en la historia del FC Barcelona, sigue siendo probablemente el personaje más controvertido alrededor del club, al que catapultó desde el banquillo a una filosofía futbolística que se mantiene en el escenario por su apuesta por el toque, a pesar de las polémicas vividas con él como protagonista.
En 2010 se convirtió en presidente de honor del FC Barcelona proclamado por Joan Laporta, en una decisión que fue contestada por la entonces oposición que lideraba Sandro Rosell y que motivó que Cruyff devolviera la insignia de tal cargo, a la vez que Rosell, recién nombrado presidente, pretendía someter ese cargo a votación en la asamblea de compromisarios.
El holandés, de 68 años de edad, está apartado de cualquier actividad profesional desde mayo de 1996, cuando fue despedido por la directiva del Barcelona, al que había entrenado desde 1988. Tras rechazar varias ofertas y confirmar su retiro definitivo. El entrenador que dirigió al Barcelona a la conquista de su primera Champions en 1992 ya superó una operación a corazón abierto en 1991, al sufrir una insuficiencia coronaria en fase aguda.
Después de aquella intervención, Cruyff, fumador empedernido, abandonó el tabaco y hasta protagonizó una famosa y recordada campaña publicitaria para la consejería de sanidad de la Generalidad de Catalunya, en la que aparecía jugando con una cajetilla de cigarrillos a la que acababa dándole una patada. “Soy Johan Cruyff. En mi vida he tenido dos grandes vicios: fumar y jugar al futbol. El futbol me ha dado todo en la vida y, fumar, casi me lo quita” sentenciaba el holandés en aquel recordado anuncio.