El primero estará al frente del Manchester City y el segundo del Manchester United. La ciudad no es tan grande como Londres ni tiene la misma oferta de ocio, así que es posible que ambos se crucen en restaurantes, bares y supermercados. La prensa y los aficionados ingleses se frotan las manos.
No será la primera rivalidad semejante -Alex Ferguson/Arsene Wenger o Mourinho/Wenger-, pero sí la más prometedora desde la que mantuvieron, en los años 1970, Don Revie, entrenador del Leeds, y Brian Clough, que luego hizo al Nottingham Forest campeón de Europa.
Mourinho y Guardiola se conocieron en 1996, cuando el primero llegó al FC Barcelona del Oporto como traductor/ayudante del entrenador inglés Bobby Robson, y el catalán era el centrocampista que movía los hilos del equipo.
Se fue Robson y llegó el holandés Louis Van Gaal, y Mourinho siguió en el club. “Decían que era el traductor, mentira”, recordó sobre su paso por el Barça el exjugador Xavi en declaraciones a ESPN.
“Era el ayudante del entrenador, alguien que entendía la filosofía del Barça y que compartía muchas características de Van Gaal. Era muy respetado por los jugadores”.
Sin embargo, ahora no sólo coincidirán en la misma competición, sino que también compartirán ciudad: Mourinho en la parte roja y Guardiola en la azul de Manchester.
Ahora se espera que el técnico luso, quien en su primera experiencia en el Chelsea se autodenominó «The Special One» y en su segunda «The Happy One», dé menos titulares a la prensa y que su rivalidad casi circense con Guardiola, que se acrecentó con la disputa en 2011 en cuatro ‘clásicos’ en sólo 18 días, quede ahora relegada a un segundo plano para dar, esta vez sí, más protagonismo al balón.