Posiblemente, el único escenario en el que un indio se enfrentaría a un danto, sería la selva. Rememorando la novela aventurera Robinson Crusoé, del escritor inglés Daniel Defoe, podríamos pensar que esa riña, entre el indio y el danto, se registraría únicamente como método desesperado de supervivencia de ambos.
El indio desea cazar al danto, utilizar su dura y rústica piel para diversos fines, tomar su carne para cocinar y alimentarse un par de días, antes que la putrefacción se adueñe de las partículas animales. Por su parte, el Danto solo intenta sobrevivir y mantenerse junto a su manada, para desenvolverse en su hábitat natural.
Tomando esta analogía y aplicándola a la final del Campeonato Nacional de Béisbol Germán Pomares, los Indios del Bóer saldrán a cazar a los Dantos. Hay una reacción natural de parte de la tropa indígena para cobrar venganza, por la final del 2016, cuando los Dantos embistieron a los indios, tras ganar el título en 6 juegos.
La tribu sale con Javier Robles, William Vásquez y Juan Carlos Urbina, como principales flecheros. Las puntas de lanzas, sin dudarlo, deben estar compuesta por el trío de lanzadores que fungirán como abridores, hablando específicamente de Wilton López, Fidencio Flores y Roger Marín.
En toda tribu, hay un cacique, que toma las decisiones, explica las estrategias de batalla y reasigna labores ante los contratiempos que se presenten en las riñas. El cacique se rodea por un consejo de ancianos, que más allá de su edad, se caracterizan por su sabiduría. Nos referimos al mánager y su cuerpo técnico.
Por su parte, los Dantos, que casi siempre se acompañan de su clan familiar, tendrán como líderes del grupo a los toleteros Ofilio Castro, Ronald Garth y Jilton Calderón. Ellos tratarán, junto al lanzador Jorge Bucardo, de olvidar su timidez y tornarse agresivos dentro del terreno, ante el acoso beisbolístico del Bóer.
Esa es la naturaleza del Danto, defenderse ante la persecución de los indios en la selva. Utilizan todos los recursos y elementos que están disposición, para escapar o atacar, según sea su conveniencia. Y estamos claros que en esta final, deben hacer ambas cosas, si quieren salir airosos y victoriosos.
Cada juego, cada batazo y cada pitcheo de esta emocionante serie, será como un lance de flecha, una embestida de danto y una cacería por sobrevivir. Sin duda, es una riña selvática, dentro de una jungla llamada terreno de juego.