El estadounidense se pasó por 1,45 kilos en el pesaje privado antes de su combate con Devin Haney. El combate sigue en pie, pero no podrá optar al título del peso superligero.
Ryan García (24-1-0, 20 KO) no cumplió con la báscula. El estadounidense de ascendencia mexicana se pasó por 3,2 libras (1,45 kg) en el pesaje privado oficial de hace unas horas en Nueva York, Estados Unidos, como pudo saber AS. El combate con Devin Haney (31-0-0, 15 KO) de la madrugada del sábado al domingo (03:00, DAZN) sigue en pie, pero el púgil de Óscar de la Hoya no podrá ceñirse el cinturón del peso superligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). “Nos volveremos con su cabeza, los cinturones siempre estarán ahí”, escribió en X el de ascendencia mexicana.
Todo parecía estar listo para uno de los combates del año, pero King Ry lo ha echado todo por la borda. Era la primera oportunidad que tenía por un cinturón absoluto (había ganado coronas interinas y Silver) y, finalmente, la ha desaprovechado. Su comportamiento los últimos meses preocuparon a los aficionados por su salud mental, pero tanto él como su entorno aseguraron que todo era marketing y que estaba bien. Se ha podido ver que no. “¿Por qué me obligaría a ganar peso para poder ser débil? No, estoy aquí para ganar Eso es todo”, compartió Ryan en sus redes.
Además de perder la oportunidad por la corona, también le ha tenido que pagar 1,5 millones de dólares (1.408.689,61 euros), ya que en la rueda de prensa de ayer se apostó con Haney pagar 500.000 dólares (469.563 euros) por cada libra que superasen del peso pactado, que era de 140 libras (63,5 kilos). El mismo campeón lo compartió en su cuenta de X. “Mis pelotas se han puesto muy pesadas. Y he ganado mucho músculo de llevar la promoción a mis espaldas, y mis dedos se han hecho mucho más fuertes con todos los malditos tweets”, continuó.
“Realmente, 1,5 millones. No lo sé. Tres libras no son nada, deja de llorar”, publicó el de ascendencia mexicana en sus redes. Sigue sin tomarse en serio la magnitud del problema. Ya no es solo el dinero, sino también la ansiada oportunidad por la que lleva tanto tiempo luchando, ser campeón. “Me siento muy bien y tengo una ventaja de 3 libras, vamos, ja, ja, ja. Los ganadores hacen lo que tienen que hacer. Todavía estoy listo”, siguió. Además, respondió a un aficionado que le increpó por su comportamiento: “Los cinturones no alimentan a tu familia”.