Con un semblante triste, Román «Chocolatito» Gonzalez visitó una funeraria capitalina donde está realizándose el velorio de Arnulfo Obando (q.e.p.d), precisamente para visitar a quien fuera su entrenador desde hace algunos años y con quién conquistó 3 de las 4 coronas mundiales que ostenta en su historial.
«Estamos pasando un momento de mucha tristeza, sabiendo que se nos fue una persona grande, humilde, sencilla, la persona que me cocinaba en cada campamento, quien me aconsejaba y llevaba el plan de trabajo de cada pelea. Es algo doloroso, hoy ya no está ente nosotros pero sabemos que está con Dios y siempre cuidara al equipo» dijo Chocolatito con la voz entrecortada.
«Agradezco a toda la gente que estuvo orando por él. Ahora mi carrera está en las manos de Dios, pero sabemos que él siempre estará en nuestra esquina. Hoy sabemos que vamos a salir adelante. Le mando muchas bendiciones y condolencias a su familia, esperando en Dios que pueda darle fortaleza en este momento amargo» finalizó Román.
Gonzalez llegó en compañía de su grupo de trabajo completo, con su preparador físico, su apoderado, más familiares y amigos. En el momento de acercarse al ferétro de Obando, «Chocolatito» ubicó una fotografía en memoria de la amistad que los unió a ambos, dirigió unas cuantas palabras y soltó un par de lágrimas, mientras abrazaba con fuerza a quienes lo acompañaban.
Arnulfo ha partido. Pero Román, el mejor boxeador del mundo, lo recordará por siempre. Por todos los momentos compartidos y los éxitos alcanzados. Sin duda, Arnulfo fue gestor de esa explosión de talento que ha tenido el pugilista pinolero a lo largo de su carrera.