Las autoridades de Bélgica intentaron por todos los medios dar normalidad a la situación, pero la amenaza terrorista sobre Bruselas hizo que a medianoche se suspendiera el partido que hoy debía enfrentar Bélgica y España en el estadio Rey Balduino.
Lo que comenzó siendo una posibilidad publicada por algunos medios belgas, tomó forma oficial cuando pasaba ya la media noche. La OCAM, el organismo encargado de gestionar las situaciones de crisis en Bélgica, decidió a última hora elevar el grado de alerta a tres para todo el país. Ante una amenaza posible y verdadera, especialmente en lo que afecta a lugares con un alto grado de concentración de personas, la decisión fue la de no tomar el más mínimo riesgo y suspender el partido.
A pesar de que alrededor de la selección no se había detectado un grado de alerta fuera de lo normal, lo cierto es que el desarrollo de las operaciones realizadas en Molenbeek a lo largo del día sirvieron para que las fuerzas de seguridad belgas entendieran que el riesgo de un acontecimiento de las proporciones del partido que se iba a jugar en el antiguo Heysel era absoluto.