Un motociclista vio a dos amigas semidesnudas en plena carretera y empezó a filmarlas. Ellas reían y bailaban, pero la escena tuvo un inesperado final
«¡Mueve la cintura, amor!», le gritaba el motociclista a la joven de pelo oscuro, que circulaba completamente desnuda de la cintura para arriba, en una bicicleta motorizada.
Ella no le contestaba, pero él insistía. Podría haberse sentido acosada por el hombre, pero sólo reía y bailaba.
Detrás suyo iba una amiga, también desnuda. En un momento aceleraron, quizás para alejarse del motociclista.
Entonces se produjo el inesperado desenlace: sin darse cuenta, la joven que llevaba la delantera se fue muy al costado de la carretera y tropezó. Sufrió un duro golpe.
Poco le importó al hombre, que en un gesto repudiable siguió andando como si nada hubiera ocurrido. «Se cayó», fue lo único que atinó a decir.