Mantener a un hombre a su lado, ese era el objetivo de Rosa María Castellanos Díaz, quien fingió un embarazo gemelar durante 9 meses, luego fingió la muerte de uno, lo veló y sepultó un muñeco plástico como parte de su invento, en Danlí, El Paraíso.
Según medios locales, la mujer se dirigió a la capital cuando se acercaba la fecha del parto y luego le llamó a su pareja Melvin Mendoza, miembro de las Fuerzas Armadas, para comunicarle que uno de los niños murió al momento del alumbramiento.
La mujer llegó a la casa con el ataúd en brazos. Fue recibida por sus familiares y algunos parientes de su marido y, sin dar muchas explicaciones, les manifestó que no podían ver al niño, ya que el cajón venía sellado y en el Hospital Escuela le habían prohibido abrirlo y lo sepultaron tras un breve velatorio.
La mujer dijo que el otro niño estaba interno en el hospital.
Ismael Mejía, amigo de Melvin, padre del supuesto niño difunto, narró que no estaba convencido del hecho y junto con otros decidieron desenterrar el ataúd en horas de la noche.
Su sorpresa fue mayúscula al encontrar en la caja un muñeco de plástico vestido de bebé.