«Son unas madres increíbles y les encanta jugar conmigo», asegura el padre de la niña, el experto en hienas Kim Wolhunter, que considera que la relación que tiene con estos depredadores es mejor que la de mucha gente con sus perros, ya que no es una relación de dependencia.
Una niña de dos años de Zimbabue se hizo amiga de una manada de hienas que viven en la reserva natural donde trabaja su padre, informa Daily Mail.
La pasión por los animales depredadores le fue transmitida a Kiki Wolhuter por su padre, Kim, que se dedica a filmar películas sobre la naturaleza y vive desde hace años en la Reserva Natural de Sango, en el este de Zimbabue, donde estudia la vida de las hienas.
Kiki le había pedido muchas veces a su padre que le mostrara las hienas más de cerca, pero él siempre se había negado porque que temía que atacaran a la niña. Kim Wolhuter señaló que las hienas son criaturas muy inteligentes, y pese a que nunca las alimenta acuden a él por afecto y para jugar. De este modo no dependen de él, lo cual, considera, hace que la relación que mantiene con ellas sea «mejor» que con un perro.
El hombre de 61 años recientemente decidió presentarle a Kiki al clan de hienas que viven cerca de su casa.