La niña Ivy Angerman, de apenas 18 meses de edad, no puede llorar ya que sus propias lágrimas la lastiman ya que sufre de una extraña enfermedad denominada urticaria acuagénica.
La urticaria acuagénica es una enfermedad rarísima la cual afecta a los pacientes cuando el agua toca su piel, en cualquier forma o temperatura.
Ivy, quien es oriunda Minnesota, fue diagnosticada el pasado mes de Octubre de 2017 luego que mamá notó que algo raro le pasaba en la piel cuando entraba en contacto con el agua. Le daba una picazón incontrolable y una alergia muy severa que duraba entre 15 minutos y una hora.
Se imaginan la angustia de sus padres quienes ahora deben de protegerla de sus propias lágrimas, del sudor, de bañarse, nadar en una piscina, de hasta una leve lluvia y por supuesto que de la nieve.
A ella le gustaba bañarse pero ahora grita como si estuviésemos torturándola y se siente como una quemadura severa de tercer grado. Ella corre por todos lados gritando que está caliente es algo muy duro, comentó entre lágrimas su progenitora Brittany Angerman.
Para poder soportar y atenuar sus ataques la niña debe tomar anti-histamínicos aunque su efecto no es inmediato y cada vez más se vuelve inmune a estos medicamentos.
Ahora sus papás deben de bañarla solamente dos veces a la semana y al mejor estilo «del paño ruso» ya que son una completa tortura para la pequeñita.
El mayor miedo de sus padres es que la niña desarrolle la alergia internamente y que ni siquiera pueda beber agua, lo que resultaría en una fatalidad.