Una bebé cuyo gemelo no se desarrolló adecuadamente y terminó por fusionarse con su cuerpo fue sometida a una riesgosa operación para separarla de lo que se denomina un «gemelo parasitario».
El caso es extremadamente raro: sólo uno de cada millón de niños nacidos vivos lo sufre, de acuerdo al Journal of Pediatric Surgery.
En este caso, las piernas y pies del gemelo de Dominique estaban unidos a su espalda y hombro.
Un equipo de cirujanos del Hospital de Niños de Advocate en Chicago realizó la compleja operación.
Esta resultó un éxito y Dominique pronto podrá volver con sus padres a Costa de Marfil.