Tras usar la tarjeta de crédito de sus padres para alquilar una casa y organizar una fiesta desenfrenada, una canadiense de 14 años ahora tiene que lidiar con un problema mayor valorado en 20.000 dólares. Ese es el precio de los daños que causaron los adolescentes en la fiesta y que ahora tendrán que pagar sus padres.
La semana pasada, la policía respondió a una llamada que denunciaba una “fiesta desenfrenada” en una casa del vecindario de West Vancouver. Cuando los oficiales llegaron, encontraron a casi 200 adolescentes desbordando la casa, según informó la agencia CTV News. Tras la fiesta, la vivienda quedó destruida, desde las paredes y los muebles hasta las obras de arte, por lo cual se responsabilizará a sus padres.
Según el informe de la policía, la joven responsable de la fiesta usó la tarjeta de crédito de sus padres sin su permiso. A pesar de ello, los progenitores tendrán que hacerse cargo de pagar los daños.
Para cualquier padre o madre eso sería una pesadilla, pero en el caso de los padres estadounidenses, no solo son responsables desde el punto de vista económico sino también legal, debido a la ley del anfitrión social que se aplica en muchos estados.
De hecho, se han reportado numerosos casos de padres que se enfrentan a cargos por permitir fiestas en las que los menores de edad consumen alcohol. Sin embargo, en este caso particular, los padres no estaban presentes y la fiesta ni siquiera era en su propia casa, sus nombres solo estaban en la tarjeta de crédito que se utilizó para pagar el alquiler de la vivienda.