Ante la seriedad que presenta la contaminación ambiental, un joven llamado Marian Erbach, propietario del hostal Germaican, decidió motivar a los pobladores de una playa en Jamaica llenando un bote repleto de basura y a cambio de un alucinante churro de marihuana.
Su plan ha causado mucha controversia a los alrededores pero a la vez ha sido un éxito porque la playa luce mucho más limpia y la tasa de visitantes ha incrementado.
Según Marian, ya habían sido varias las ocasiones en que intentó atraer a las personas de alguna manera para crear un poco de conciencia ecológica pero fue hasta su ultimo intento que logró persuadirlos.
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