Un hombre perdió la vida por su obsesión con tener un miembro viril más grande.
Los hechos ocurrieron en una clínica de Estocolmo, en Suecia, mientras el hombre era sometido a una operación de alargamiento de pene.
Según los expertos la grasa que se le extrajo del estómago al paciente para ser inyectada en su órgano viril se filtró a las venas y llegó hasta los pulmones, causándole un paro cardíaco.
El error del equipo médico fue inyectar la grasa al mismo tiempo que le aflojaban el ligamento del pene.