Ante el confinamiento, los lazos personales se vieron obligados a digitalizarse. Aumentaron, entre otras condiciones el intercambio y el acceso a espacios de encuentros con terceros
La pandemia ha aumentado la situación de aislamiento humano, seres sociales por naturaleza. Por ello, ha sido necesario recurrir al uso masivo de las redes sociales e internet para poder mantener necesidades básicas de afiliación y socialización.
Aunque este hecho parece ser positivo, las tecnologías conlleva riesgos. Detectar cuáles emergieron en esta situación excepcional de crisis sanitaria, permite comprender más a fondo el tramado social que se desarrolla. La adolescencia puede ser una etapa compleja per se, y la epidemia del coronavirus la puede haber hecho todavía más difícil. Los cambios en tu rutina y el encierro te obligan a adaptarse a formas diferentes de emplear tu tiempo.
Las escuelas han cerrado, se han cancelado eventos y estar en casa implica la pérdida de momentos importantes y que se experimenta la falta de ver amigos, ir al cine o practicar un deporte de manera normal.
Comprender el movimiento digital que se ha expandido de manera exuberante en este tiempo, permite entender cómo llegar mejor a los adolescentes, acompañarlos en este trayecto y prevenir riesgos que pudieran aparecer en este tiempo.