Los celos en los animales son una reacción emocional en respuesta a una exclusión social así como por la percepción de una amenaza sobre algo considerado muy valioso, especialmente cuando se trata de alimentos o de la reproducción.
Sin embargo en los seres humanos los celos se vuelven más complejos y hasta se generan por un sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona. Según los estudios solamente un tercio del comportamiento celoso proviene de la genética y el resto es causado por factores sociales y creencias culturales.
Existe una explicación científica
Todos los seres humanos hemos experimentado celos en alguna etapa de nuestras vidas; ya sea por una pareja, por los padres y hasta por otro miembro de la familia. Sin embargo una investigación reveló que existe una base racional.
Los expertos señalan que durante un episodio de celos los niveles de serotonina, una sustancia que inhibe la ira y el medio, disminuyen significativamente. Los celos son percibidos por el cuerpo humano como una amenaza por lo que activa la reacción del medio a través de la amígdala, secretando adrenalina y aumentando la presión sanguínea y el ritmo cardíaco.
Así mismo los científicos explicaron que la pequeña región del lóbulo frontal del cerebro humano está relacionada con los celos, pero también es la encargada de transmitir el dolor físico al cuerpo, quizás por eso duele tanto.