Existen muchos más diestros en el mundo que zurdos y, hasta ahora, la desconocida causa detrás de esta situación ha sido producto de innumerables mitos y supersticiones que a menudo pretenden desfavorecer a una minoría de mano izquierda.
Este sector que ocupa el 10-15% de la población ha sido acusado de ser diabólico y hasta el siglo pasado muchos eran obligados a escribir con la derecha por la Iglesia Católica.
La Biblia misma los condena: «Ésos a mi derecha heredarán el reino de Dios… mientras que ésos a la siniestra (sin-diestra) quedarán en el fuego eterno» (Mateo 25:34-41). Ser zurdo es sinónimo de maldad, trampa e ilegalidad, mientras que ser derecho es correcto, justo y natural. O por lo menos lo era.
Investigadores de la Universidad Ruhr de Bochum, en Alemania, publicaron un artículo que indica que nuestra inclinación hacia un lado o el otro se desarrolla en el vientre materno en la médula espinal y no, como se solía creer, en el cerebro, que también está dividido en dos hemisferios.
Aunque ya era conocido que los movimientos del cuerpo humano comienzan con una orden a la corteza cerebral por la médula espinal, el estudio destaca que un feto comienza a desarrollar diferencias genéticas de acuerdo a su preferencia por la izquierda o la derecha a las ocho semanas de gestación, período en el cual ambas partes del cuerpo aún no están conectadas.
En conclusión, la médula espinal determina independientemente del cerebro nuestra inclinación por la zurda o la diestra. No obstante, la razón por la cual algunos somos zurdos y otros derechos continúa oculta, ya que esto no está predeterminado, sino que se desarrolla con el tiempo.
Los científicos creen que, en definitiva, la médula espinal se inclina por un lado o por el otro debido a estímulos externos activados por factores ambientales indeterminados.
Sabemos que ya a la decimotercera semana en el útero, un feto elige chuparse el dedo izquierdo o derecho a causa de la médula espinal, pero por qué la médula espinal se desarrolla de una u otra forma permanece en misterio.