Bobi, un mastín del Alentejo, era considerado como el perro más longevo de la historia falleció ayer a la edad récord de 31 años y 165 días en la aldea rural de Conqueiros, en Leiria.
Su dueño, Leonel Costa, dijo que el animal había sido hospitalizado hace unos días, después que se le detectaran varios problemas, por lo que fue sometido a un tratamiento pero no sobrevivió.
El pasado mes de febrero, Bobi entró en el Libro Guinnes de los récords como el can vivo más longevo del mundo y de toda la historia tras verificarse su edad en una base de datos pública de animales de compañía autorizada por el Gobierno portugués y gestionada por el Sindicato Nacional dos Médicos Veterinarios.