La autraliana Tee Bartlett se dio cuenta que debía ir al médico en medio de una insólita conversación con su madre
Cuando era adolescente, Tee Bartlett, del valle australiano de Hunter, en Nueva Gales del Sur, pensaba que lo usual era utilizar dos tampones al mismo tiempo. Para ella, todas las mujeres tenían dos aberturas vaginales. Así había vivido toda su vida y nunca nada en su cotidianidad le había despertado el pensamiento de que no era así.
Pero un día, en una conversación con su madre, descubrió que algo no iba bien.
“¿En qué orificio conviene poner el tampón, mamá? ¿En el izquierdo o en el derecho?”, consultó, como al pasar, Tee.
La joven, ahora de 24 años, todavía recuerda la mirada atónita de su madre cuando por fin se armó de valor para preguntarle cómo usar el tampón… “Es que por aquel entonces, no me comunicaba con mi madre sobre temas incómodos”, explica Tee.
“Mamá me miró como anonadada. Al principio, dijo que no había dos agujeros y discutimos un poco, y yo me puse a la defensiva”, contó al Daily Mail.
Alarmada por la consulta de su hija, ambas fueron de visita urgente al médico.
Pero llegar a un diagnóstico no fue fácil. Esa primera visita al médico fue algo traumática. “Me hicieron sentir como una loca”, contó. Recién después de dos consultas fallidas, una tercera la remitió a un ginecólogo, quien le confirmó que tenía dos aberturas vaginales.
Finalmente, a Tee le diagnosticaron un tabique vaginal, una afección que se produce cuando el aparato reproductor femenino no se desarrolla completamente, dejando una pared divisoria de tejido en la vagina.
El especialista le advirtió que su doble vagina probablemente dificultaría las relaciones sexuales y el parto, y podría ser peligroso, por lo que se sometió a una operación para extirpar el tabique a los 17 años.
“Mi pared era demasiado gruesa para cortarla y llegaba justo antes del cuello del útero”, detalló. Al parecer, el tabique vaginal es normal para los fetos en el útero, pero se supone que se disuelve”, explicó.”El mío nunca se disolvió. El mío era un poco más grueso y largo de lo normal, y por eso tuve que operarme”.
Desde que compartió su experiencia en las redes sociales, reveló que muchas mujeres se contactaron con ella para contarle que están pasando por una situación similar.
“Lo más loco de publicar esto es la cantidad de chicas que han comentado que tienen problemas similares. No se daban cuenta de que no era normal”, dijo. “Me alegro de no ser la única persona. Sinceramente, durante un tiempo pensé que tal vez era una idiota por no darme cuenta de que no debías tener dos aberturas ahí abajo”, agregó.