Investigadores aseguran que, aunque las órbitas dejan a Venus como el planeta más cercano al nuestro, lo cierto es que de media pasamos más tiempo junto a Mercurio
A todos nos lo han enseñado en el colegio. Mercurio es el planeta más cercano al Sol mientras que Venus y Marte son los que escoltan a La Tierra en la lista. Seguro que tienes hasta el mapa planetario en tu cabeza. Bueno, pues aunque ese plano sigue siendo igual de válido, un nuevo estudio apunta que ya no podremos seguir diciendo que Venus es nuestro vecino más próximo, pues su premio debe recaer en Mercurio.
Así de claro lo deja una investigación llevada a cabo por expertos de varios centros estadounidenses, incluidos la NASA, y de la cual, de momento, solo se ha publicado un pequeño artículo en Physics Today. Obviamente, estos investigadores no apuestan por cambiar el orden establecido durante siglos apoyándose en meras suposiciones sino que se basan en una serie de cálculos que muestran que, de media, pasamos más tiempo junto a Mercurio que junto a cualquier otro planeta.
Esto puede sonar algo extraño, pero su lógica es bastante sólida y se centra en los nuevos métodos que tenemos para medir y en varios aspectos que, aseguran, no teníamos en cuenta a la hora de realizar este ranking. Normalmente la fórmula que utilizamos para calcular las distancias entre los planetas, señala el equipo, se basa en su distancia al Sol. La Tierra está a una unidad astronómica (UA) del Sol. Venus está a 0.722 UA y Mercurio a 0.387 UA.
Vale, hasta ahí todos de acuerdo, pero aquí viene el cambio. Si solo restas la distancia de Venus de la Tierra, que es lo que solemos hacer, lo que realmente obtienes es la distancia entre sus órbitas, no la distancia entre los propios planetas. Es decir, si nos ponemos poéticos, hasta ahora solo medíamos lo que separa nuestros caminos y con eso hacíamos la lista, pero no teníamos en cuenta que los cuerpos se mueven y no lo hacen por igual. Debido a que los planetas se mueven a diferentes velocidades, pasan mucho tiempo en lados opuestos del Sol, y ahí está la clave.
Mercurio está más cerca del Sol por lo que la distancia entre este cuerpo y nuestro planeta en su punto más distante es mucho menor que la distancia entre la Tierra y Venus cuando están en esa misma situación. Además, Mercurio tiene la órbita más corta del sistema y tarda menos tiempo en dar una vuelta al Sol (unos 88 días terrestres) que Venus (224 días terrestres) o la Tierra (365 días terrestres) lo que hace que los periodos distantes duren menos tiempo y haya más momentos de cercanía. Para medir detalladamente esto, el equipo ha ideado el ‘método punto-círculo’ o ecuación PCM, una fórmula que calcula la distancia entre dos planetas en órbitas concéntricas, coplanares (en el mismo plano orbital), circulares.