Las autoridades italianas impusieron una jugosa multa a las compañías Apple y Samsung por obligar a sus consumidores a descargar actualizaciones que disminuían o ralentizaban a propósito sus dispositivos electrónicos.
Esta es la primera sanción registrada en todo el mundo contra una compañía tecnológica global por el concepto conocido como obsolescencia programada.
Este concepto significa programar intencionalmente el fin de la vida útil de un producto de modo que éste, luego de un tiempo determinado por la empresa, se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.
El organismo anti-monopolio de Italia estableció que ambas compañías nunca dieron la opción a sus clientes de restaurar la versión anterior del software actualizado, tras comprobar ellos mismos que sus teléfonos inteligentes se volvían más «lentos».
En el caso de Apple la multa fue mayor porque la compañía jamás informó a sus usuarios sobre el deterioro de sus baterías de litio.
Además el organismo determinó que ambas compañías deberán publicar, de carácter obligatorio, en todos sus sitios webs una declaración en el idioma italiano sobre la sanción que recibieron.