Un evento meteorológico está por impactar severamente a Centroamérica, según informa el meteorólogo Rubén García en su más reciente actualización de hoy jueves 14 de noviembre de 2024.
La Depresión Tropical 19, que se convertirá en la Tormenta Tropical Sara durante el día de hoy, permanecerá casi estacionario durante todo el fin de semana cerca de la costa central este hondureña, generando una situación altamente peligrosa.
Los acumulados de precipitación previstos durante los próximos cuatro días son alarmantes:
- Norte de Honduras: hasta 800 milímetros
- Belice y este de Guatemala: 500-600 milímetros
- Occidente de Nicaragua y El Salvador: 200-300 milímetros
- Islas Caimán: 150-175 milímetros
Se esperan afectaciones en el occidente de Panamá y Costa Rica, el occidente de Nicaragua, el este de El Salvador, gran parte de Belice, el este de Guatemala y el sur y sureste de la península de Yucatán.
Los modelos meteorológicos, tanto americano como europeo, coinciden en que el sistema mantendrá una trayectoria lenta y errática, moviéndose hacia Belice para la madrugada del lunes.
Casi como el Huracán Mitch
La actual trayectoria pronosticada para la Tormenta Tropical Sara presenta similitudes preocupantes con el histórico Huracán Mitch de 1998, uno de los desastres naturales más devastadores en la historia reciente de Centroamérica.
La característica más alarmante que comparten ambos sistemas es su comportamiento estacionario sobre Honduras.
Al igual que el Mitch, que permaneció sobre territorio hondureño durante aproximadamente 72 horas, Sara se prevé que permanezca casi estacionaria durante todo el fin de semana sobre la costa norte de Honduras.
Sin embargo existen diferencias muy importantes: Mientras el Huracán Mitch alcanzó la categoría más alta en la escala Saffir-Simpson, Sara se mantendrá como una tormenta tropical.
El huracán Mitch, que azotó Nicaragua en octubre de 1998, dejó una huella imborrable en la historia del país, provocando una de las mayores catástrofes naturales registradas en nuestro territorio.
Aproximadamente 3,800 personas perdieron la vida en Nicaragua y provocó graves daños en viviendas, carreteras y puentes.