El Barcelona logró la clasificación para los cuartos de final de la Copa de Rey, eliminatoria en la que se enfrentará al Atlético de Madrid, tras golear de nuevo al Elche 4-0 en una eliminatoria que quedó condicionada por la contundente victoria conseguida por el equipo catalán en el partido de ida (5-0).
El conjunto de Luis Enrique, repleto de jugadores poco habituales, ofreció una buena imagen ante un rival entregado, sobre todo en la primera parte, en la que dio todo tipo de facilidades a su rival. Rafinha, Sergi Roberto y, sobre todo, Adama, despedido por el público ilicitano con aplausos tras su sustitución, se reivindicaron ante su entrenador con una actuación notable.
El Barcelona, dueño absoluto del balón, plasmó su dominio en el marcador de forma inesperada. Ante la ausencia de sus principales estrellas, el francés Jeremy Mathieu asumió la responsabilidad de lanzar una falta en la frontal del área, colocando el balón en la escuadra de la meta de Herrera, quien volvía equipo tras dos meses de lesión.
El tanto no modificó el guión el partido, que siguió siendo un monólogo del Barcelona, especialmente afilado y profundo por la banda de Adama.
El conjunto de Luis Enrique, muy cómodo ante un Elche inoperante, amplió su renta a los 40 minutos por mediación de Sergi Roberto, quien batió a Herrera de un fuerte disparo desde la frontal del área.
Sin tiempo para levantarse de la lona, el equipo ilicitano recibía un tercer impacto, en esta ocasión tras un penalti de Sergio Pelegrin sobre un desdibujado Munir que convirtió en gol Pedro Rodríguez al filo del descanso.
Ya en el descuento, Adriano, de cabeza, redondeó la goleada tras un gran centro de su compatriota Douglas y selló el pasaporte del Barcelona hacia los cuartos de final tras un incontestable 9-0 en el global de la eliminatoria.