Una serie de terremotos, con el más fuerte de magnitud 5.7, sacudió el sur de Guatemala el 8 de julio de 2025, con epicentro cerca de San Vicente Pacaya, Escuintla, a unos 27 km al suroeste de Ciudad de Guatemala. Los sismos, seguidos por más de 300 réplicas, han causado víctimas, heridos, daños estructurales y deslizamientos de tierra, afectando principalmente los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Guatemala.

Hasta el 11 de julio de 2025, se reportan 7 muertos según las fuentes más recientes, aunque otras fuentes confirman al menos 5. La discrepancia en el número de fallecidos refleja la evolución de los reportes y la dificultad para confirmar víctimas en zonas afectadas por deslizamientos.
Entre los fallecidos confirmados están un padre y su hijo, aplastados por un deslizamiento de rocas mientras viajaban en una camioneta en Palín, Escuintla. También se reporta una mujer y su perro, enterrados por escombros al sur de la capital. Un niño de 13 años en Sacatepéquez perdió la vida, así como un hombre en Santa Inés, cerca de Antigua Guatemala, quien sufrió un ataque cardíaco durante el sismo.

Los heridos suman 324 personas según los reportes más actualizados, mientras que otras fuentes indican 300 heridos en seis departamentos. El número de damnificados supera las 600 personas, con más de 370 viviendas dañadas, incluyendo 46 severamente dañadas o completamente destruidas.
Las cifras de afectados incluyen 500 personas según algunos reportes, con 78 damnificados que han perdido completamente sus hogares. La magnitud de la tragedia se refleja en el alto número de familias que han quedado sin techo tras los terremotos.
El sismo principal, de magnitud 5.7, ocurrió a las 15:41 hora local del 8 de julio de 2025, con epicentro a 3 km al noroeste de San Vicente Pacaya, a una profundidad de 10 km. Fue precedido por un sismo de 4.8 a las 15:11 y seguido por múltiples réplicas, incluyendo una de 5.0 el 10 de julio.

Hasta el 9 de julio, se registraron 199 sismos en la secuencia, 19 de ellos perceptibles, con magnitudes de hasta 5.0. Esta actividad sísmica continua ha generado temor en la población, que evita regresar a sus hogares por miedo a nuevos temblores.
Santa María de Jesús reportó el colapso de una iglesia histórica y el 50% de las viviendas dañadas, muchas de adobe. Seis de las víctimas fatales ocurrieron en este departamento, convirtiéndolo en el más afectado por los terremotos.
La vulnerabilidad de construcciones de adobe y estructuras antiguas contribuyó al colapso de edificios, especialmente en Santa María de Jesús. Las construcciones modernas resistieron mejor, pero la región tiene una mezcla de edificaciones vulnerables y resistentes.
En Escuintla, Palín, Amatitlán y San Vicente Pacaya sufrieron daños en más de 30 viviendas, un edificio municipal y una iglesia, con carreteras bloqueadas por deslizamientos. En Ciudad de Guatemala, un edificio colapsó y otro sufrió daños severos. Los temblores se sintieron con intensidad moderada en la capital.
Los deslizamientos de tierra bloquearon carreteras, como la RD-SAC-01, aislando comunidades como Santa María de Jesús. Se reportaron interrupciones en electricidad, telefonía e internet cerca del epicentro, complicando las labores de rescate y comunicación.
Guatemala en el Cinturón de Fuego
El país centroamericano se encuentra en una zona de alta actividad sísmica, sobre el Cinturón de Fuego del Pacífico, donde la placa de Cocos se subduce bajo las placas de Norteamérica y el Caribe, y cerca de fallas como la de Motagua. Esto explica la frecuencia de sismos, con eventos históricos como el de 1976 de magnitud 7.5 que causó 23,000 muertos.
Los temblores se sintieron también en El Salvador, pero no se reportan daños ni víctimas en el país vecino. Otros departamentos afectados incluyen Chimaltenango, Baja Verapaz y Quiché, con daños menores pero perceptibles.