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domingo, julio 27, 2025

Antigüedad de las Fiestas de Santo Domingo en Managua

Una vez más, del 1 al 10 de agosto, los managuas estamos enfiestados por la religiosidad popular y cultural que impregna nuestra ciudad con motivo de la tradicional fiesta de Santo Domingo de Guzmán. El primero es «la bajada» de la procesión religiosa desde Las Sierras de Managua hacia casi llegar a la costa del lago de Managua, y el 10 «la subida o regreso» de la misma procesión llevando en hombros una pesada peaña sobre la cual «viaja» una diminuta imagen representativa de «Minguito», a como le dicen los devotos.

La Alcaldesa Reyna Rueda es la mayordoma designada por los Cargadores Tradicionales de Managua, y con el respaldo de la Alcaldía de Managua financia la totalidad de los gastos de los comités organizadores de las distintas facetas de la fiesta popular, excepto a los Hípicos quienes se autofinancian, pero que igual incurre la Alcaldía en gastos de limpieza y seguridad pública.

Se pueden hablar de muchos aspectos de la fiesta, pero a mí como historiador solamente me interesa en esta ocasión volver a insistir en la antigüedad real de las fiestas. Todavía escucho a muchos hermanos comunicadores sociales y devotos repetir la errada idea de que las fiestas comenzaron en 1885, cuando un leñador llamado Vicente Aburto encontró la pequeña imagen en un tronco de árbol quemado en las sierras de Managua.

La razón de esto, es que el P. Ignacio Pinedo S.J. publicó en 1977 un libro donde llegaba a esa errada conclusión por el testimonio de un sierreño de nombre Julián Lara. Pero la información no era correcta. En su libro, nos dice el P. Pinedo:

“Nadie hasta la fecha, ha podido rebatir fundadamente las diversas señalaciones detalladas por don Julián Lara, repetidas por la prensa local y por los demás medios de comunicación social. Queda pues, como válida la fecha de 1885 como el año en que tuvieron lugar los diversos acontecimientos que dieron origen a esta tradición religiosa-popular Nicaragüense” (Pinedo, 1977).

No voy a valorar el tema del hallazgo de la imagen, ni la identidad de su descubridor en las circunstancias que la tradición oral narra. Mi enfoque en este breve artículo es referido en estricto sentido a que si estas fiestas iniciaron o no en 1885, porque abundan las pruebas documentales que demuestran que para 1885 las fiestas ya eran más que una realidad en Managua. Varios historiadores tenemos pruebas y las hemos publicado y divulgado numerosas veces en diferentes medios. Las voy a sintetizar.

TEMPLO DE SANTO DOMINGO EN CONSTRUCCIÓN EN 1870

El historiador de la Iglesia Católica, Dr. Edgar Zúñiga C, en su libro «Historia de la Iglesia Católica», cita una carta de la Junta encargada de la construcción de la torre y fachada de “La Parroquia”, dirigida al Obispo Don Manuel Ulloa y Calvo, con fecha 27 de diciembre de 1870, en la cual solicitan que se destinen fondos de la Iglesia de Santo Domingo para concluir la obra de la Parroquia. “Una solución sería autorizar la venta que queda de la inconclusa Iglesia de Santo Domingo. Esta era la iglesia favorita de los habitantes de la ciudad pero el templo no se podía concluir debido a una situación curiosa. Existía la creencia entre la población de que quien procurara continuar la construcción del templo, moriría por determinación del Santo» (Zúñiga, 1996)..

Concluye el historiador Eclesiástico: “Era evidente que ya para esta época los habitantes de Managua habían perdido la devoción por su patrono Santiago y el santo al que le rendían culto en la ciudad ya era Santo Domingo de Guzmán. Por lo que esta devoción de los managüenses es más antigua de lo que mucha gente cree» (Zúñiga, 1996).

CINCO DOCUMENTOS MÁS DE LA GACETA 1865, 1868 Y 1877

En mis investigaciones personales, descubrí varios documentos que prueban con claridad meridiana, que las Fiestas de Santo Domingo de Guzmán se celebraban por lo menos 17 años antes de la pretendida fecha del inicio en 1885.

Son cinco documentos, publicados en La Gaceta de Nicaragua, Número 35 del año III, correspondiente al 5 de agosto de 1865; 30, 32 y 33, del Año VI, correspondientes al 25 de Julio, 8 y 15 de agosto del año 1868, durante el Gobierno de Don Fernando Guzmán. Y la última, corresponde a la Gaceta No. 32, Año XV, del sábado 4 de agosto de 1877. El primer documento es de un autor anónimo, criticando tantas fiestas religiosas que hay en Nicaragua, dice así:

“Artículo de Costumbres. Fiestas y más fiestas. Caballos y más caballos”: “Nos hallamos en el vértigo de las fiestas medio aturdidos por las carreras de los caballos y de los toros y de los latigazos y gritos de los bailantes. ¡Paciencia!. Ya sabemos que las fiestas son muy pocas, unas 365 al año; pero en esto días de Junio a Agosto como que se agolpan o las agolpan de intento, y así sucede que las carreras de San Juan se unen a las de San Pedro, las de San Pedro a las de San Pablo, las de San Pablo a las de Santiago, las de Santiago a la de Santa Ana y las de Santa Ana a las de Santo Domingo”. (1865).

Luego, presento tres documentos en fila, todos correspondientes a una misma fiesta, la del año 1868: “El vecindario de esta capital se prepara para celebrar las fiestas de Santo Domingo, que comienzan el 1ª del próximo agosto. Parece que serán mui brillantes, no obstante que la ciudad acaba de salir del azote de la fiebre amarilla. Los que concurran podrán estar seguros de pasar diez días agradabilísimos. La presencia del Supremo Gobierno, que para ese tiempo habrá regresado de Granada, contribuirá a hacerlas aún más lúcidas”. (La Gaceta de Nicaragua Número 30, del sábado 25 de Julio de 1868).

“Revista de Noticias. Centroamérica. Interior de la República: En la capital, las fiestas de Santo Domingo se están celebrando con mucha alegría; a tal punto que no parece, que hace tan solo algunos días, la muerte se cernía sobre ella, bajo el aspecto de la terrible fiebre amarilla”. (La Gaceta de Nicaragua, Número 32, del 8 de agosto de 1868).

“El lunes concluyeron las fiestas de Santo Domingo, con el acostumbrado i alegre paseo a las sierras, de los devotos que acompañan a la imagen del santo a la ermita, en donde queda lo restante del año. Las fiestas tuvieron mucho brillo, i hubo en ellas grande concurrencia de los pueblos vecinos. Se ha notado con satisfacción, que durante todas ellas, no hubo que deplorar ningún acontecimiento desagradable, reinando siempre el mejor orden, aunque en medio de la mayor alegría”. (La Gaceta de Nicaragua, Número 33, del 15 de agosto de 1868).

Y para concluir, presento un documento correspondiente al año 1877, y por medio del cual queda más confirmado el hecho de la anterioridad de las fiestas al año 1885. “El canónigo Arcediano, Dr. D. Rafael Jeréz. La capital se siente honrada con la presencia de este ilustrado dignatario de la Iglesia nicaragüense. Mañana predicará en honor de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, a quien el pueblo de la capital consagra la larga y animada fiesta de los primeros días de agosto. Sea agradable la permanencia entre nosotros de nuestro distinguido amigo el Dr. Jeréz”. (La Gaceta de Nicaragua, Número 32, del sábado 4 de agosto de 1877).

LA CARTA DE MATEO MAYORGA DE 1853

El Dr. Jorge Eduardo Arellano, reconocido historiador, descubrió una carta de Mateo Mayorga a su pariente José Joaquín Quadra, con fecha 5 de agosto de 1853 (32 años antes de 1885), en la cual le expresa textualmente: “Todas las Managuas están bravas porque quedaste mal no viniendo a pasar las fiestas de Santo Domingo como me ofreciste…” (Revista Conservadora Núm. 33, Octubre de 1963).

Y POR ÚLTIMO: LOS COMERCIANTES YA PAGABAN IMPUESTO POR LAS FIESTAS DESDE 1845

El historiador Róger Norori Gutiérrez, en su ensayo sobre las fiestas de Managua titulado «¡Viva Santo Dominguito, el patrón de Managua!» (2017, Alcaldía de Managua), un documento importantísimo que no da más lugar a dudas de la antigüedad de las fiestas. Es el plan de arbitrios de la Villa de Managua del 27 de septiembre de 1845, publicado en «El Registro Oficial», y que dice en su artículo primero lo siguiente:

«Arto. 1º. Cada villar y cada tienda de ropa pagará un peso cada mes; cada armario de efectos, ó medicinas, dos reales cada mes; y por cada trucha un real cada mes, y en las fiestas de Santo Domingo y La Cruz, cuatro reales por sola una vez» (Norori 2017: 98). Sin lugar a dudas, «en las fiestas de Santo Domingo», como sea que se celebraban, se cobraba impuestos a los comerciantes, lo que significa que ya eran populares por lo que debían tener más de diez años de existencia (solo por poner un tiempo mínimo probable).

LA ANTIGÜEDAD NO AFECTA LA RELIGIOSIDAD POPULAR

A los historiadores solo nos falta encontrar la fecha precisa de la primera vez que se celebró, y en esa búsqueda estamos.

El hecho de que la devoción a Santo Domingo sea más antigua que lo erradamente aceptado, no afecta en lo más mínimo la Fe de nuestro pueblo, sino por el contrario soy de la opinión que esta certeza de su antigüedad, aunque todavía no podemos precisar la fecha inicial, fortalece la espiritualidad de un pueblo mestizo y católico, capaz de conservar sus creencias religiosas a través del tiempo.

Siendo en lo personal un católico formado desde niño en la tradición de estas fiestas, y ubicando esta tradición en su contexto histórico de inicios del siglo XIX, permítanme concluir este breve artículo con el tradicional grito de !VIVA SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, EL PATRONCITO DE MANAGUA!

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