Siete personas perdieron la vida la noche del pasado 16 de febrero en un ataque armado perpetrado por sicarios en la parroquia Pascuales, ubicada al norte de Guayaquil, en Ecuador.

El hecho ocurrió en la cooperativa Assad Bucaram, donde las víctimas se encontraban reunidas en la calle. Entre los fallecidos se encuentra un adolescente de 17 años y adultos cuyas edades oscilan entre los 19 y 41 años.
La escena del crimen fue descrita como estremecedora. Los cuerpos de las víctimas quedaron esparcidos en la calle. Una de las víctimas no logró escapar y fue ejecutado dentro de una caponera.
Pascuales es una parroquia urbana de Guayaquil que ha sido epicentro de múltiples hechos violentos en los últimos meses. Ubicada en la Zona 8, considerada el distrito más peligroso de la región costera del Ecuador.
A inicios de enero, un ataque similar en el sector Las Monjas dejó tres muertos tras la incursión de sicarios en una vivienda.
Las investigaciones preliminares sugieren que la masacre del 16 de febrero estaría relacionada con la disputa entre bandas delictivas que operan en Guayaquil.
De los siete fallecidos, uno tenía antecedentes penales por robo, mientras que sobre el resto existen sospechas de vínculos con grupos criminales. No obstante, la Policía no ha revelado detalles sobre posibles responsables o los móviles exactos del crimen.
Este ataque ocurrió apenas 48 horas después de otro hecho violento en Samborondón, donde cuatro personas fueron ejecutadas por delincuentes disfrazados de militares dentro de una urbanización privada.
En 2023, la tasa de asesinatos en ese país sudamericano superó los 40 por cada 100,000 habitantes, una cifra que colocó a Ecuador entre los países más violentos de América Latina.
La influencia de carteles internacionales y la disputa territorial entre bandas locales han convertido a ciudades como Guayaquil, Durán y Esmeraldas en zonas de conflicto.
En lo que va de 2025, más de 60 menores de edad han sido asesinados, lo que refleja la gravedad de la situación.