Aprovechando la fiebre mundialista, narcos colombianos pretendían enviar desde el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, 5 kilos de cocaína a Holanda impregnada en las telas, bajo proceso químico de camisetas falsas de la selección de Colombia.
A través de un procedimiento químico en el que las prendas de vestir son «sumergidas» en cocaína líquida, los mafiosos pretendían evadir los controles antidrogas del principal aeropuerto del país.
Aparentemente, las 14 camisetas réplicas de la original de los jugadores del equipo de Pékerman parecían normales.
Pero durante la inspección rutinaria, uno de los agentes a cargo del control sospechó porque el envío tenía como destino la ciudad de Groninga, en Holanda, uno de los principales países a donde llegan los cargamentos del narcotráfico colombiano.