Sucedió con el Calbuco, pero también con los volcanes Villarrica y Puyehue-Cordón Caulle, ambos también ubicados en Chile. La ceniza expulsada por el cráter formó una enorme nube acompañada por rayos que iluminaron la noche.
El fenómeno tiene explicación: está relacionado con las cargas estáticas que se producen dentro o fuera del macizo volcánico.
El primer estudio organizado sobre el fenómeno se publicó en 1965, y partir de ese momento sólo se conocen dos explicaciones para justificar la presencia de las descargas eléctricas durante los estallidos volcánicos.
Una de las teorías de los especialistas en el tema es que el aire caliente, al salir de la boca del volcán, se encuentra con la atmósfera fría produciendo una especie de «rayo organizado» dentro de la denominada «pluma de humo».
La segunda hipótesis señala que el magma, las piedras y las cenizas que emanan de los volcanes que entran en actividad llevan carga eléctrica consigo.
El roce del material de las cenizas genera estática, algo por lo cual los rayos generalmente son asociados a la descarga eléctrica que se producen, según publica el sitio del canal de TV Discovery.
La diferencia de la segunda explicación con la primera es que los rayos aparecen alrededor de la boca del volcán, y más que «rayos organizados» son chispas continuas.
No todos los volcanes se comportan de la misma forma, y es posible que uno sólo genere ambos tipos de rayos.