Volver al futuro fue, sin dudas, una de las trilogías más populares de los años 80 y 90. Protagonizada por Michael J. Fox y Christopher Lloyd, las tres emisiones de la creación de Robert Zemeckis y Steven Spielbergcausó sensación no sólo en los Estados Unidos, sino en todo el mundo. Los efectos especiales, la historia y los avances tecnológicos que se pronosticaban eran condimentos claves para que se convierta en un éxito.
Pero también hay un relato secreto, oculto, que salió a la luz en los últimos días y que pudo dar vuelta la historia e, incluso, el éxito de la saga. El final que originalmente pensaron sus guionistas no tenía nada que ver con lo que finalmente ocurrió en la tercera entrega. Por el contrario, era una conclusión oscura, poco feliz.
Bocetos secretos de las últimas escenas emergieron en las últimas semanas y revelaron la alternativa que pensaron los creativos a la hora de poner un punto definitivo a la historia de Marty McFly y el Doctor Brown. En esos dibujos puede verse cómo la idea original era que McFly volviera al futuro utilizando la energía de una bomba nuclear del Ejército de los Estados Unidos.
En los dibujos de las escenas finales del primer capítulo puede verse al protagonista vistiendo un traje contra la radioactividad. En el guión presentado en los bocetos se observa que la famosa «explosión» que permite el impuso necesario al automóvil DeLorean para transportarse en el tiempo sería dada en esta oportunidad por una bomba atómica. Así, sería trasladado de 1955 a 1985.
Sin embargo, esa escena no fue desechada por siniestra, sino por costosa. Los productores creyeron que una puesta semejante requeriría un costo extra que no podrían asumir. Fue por eso que comenzaron a pensar otro final posible y allí surgió la idea de utilizar el rayo que impactaría sobre la torre principal del condado, proporcionando así la energía suficiente al automóvil de McFly para regresar al futuro.
Los storyboards originales de la saga fueron creados por el artista Andrew Porbert y serán subastados próximamente. «Con el final original, no tenían la idea del rayo, así que como eran los años 50, surgió la idea de una bomba nuclear», explicó Desi Dos Santos, de la casa de remates Screen Used, dedicada a colecciones de películas.
El éxito de Volver al futuro fue inmediato. Cuando se estrenó, en 1985, la taquilla marcó un récord absoluto, y convirtió al film en el más visto del año con una recaudación de 380 millones de dólares. Su producción había gastado «sólo» 19 millones de dólares. Hasta Ronald Reagan habló de él durante el Discurso del Estado de la Unión de 1986.