En un hecho sin precedentes cerca de 50 empleados de los museos de la Ciudad del Vaticano enviaron una carta a la administración de la Santa Sede, amenazando con llevar al Vaticano ante los tribunales si no se modifican las pésimas condiciones de trabajo a las que están sometidos.
La misiva, compartida por el diario italiano Corriere della Sera y firmada por 49 trabajadores -entre ellos guardias de museos, un restaurador y un empleado de una librería-, denuncia que «las condiciones de trabajo atentan contra la dignidad y la salud de cada trabajador» y apunta a una «mala gestión» que sería aún más grave si obedeciera únicamente a la lógica de obtener mayores beneficios
Los empleados, respaldados por la reconocida abogada vaticana Laura Sgró, reclaman principalmente la falta de seguridad social.
Según el texto, «en el Vaticano no hay seguro de desempleo, no hay medidas de apoyo a los ingresos en caso de crisis o fases de desempleo total»
Además, denuncian irregularidades en el manejo de las bajas por enfermedad, las horas extras y la asignación de méritos.
Este escándalo sin precedentes ha puesto en jaque a la administración vaticana, encabezada por el cardenal español Fernando Vérgez Alzaga, presidente del Governatorato, órgano del que dependen los trabajadores de los museos
De concretarse, esta demanda colectiva sería la primera conocida dentro de los muros de San Pedro. La carta, en un tono incendiario, advierte: «Eminencia reverendísima, las condiciones de trabajo atentan contra la dignidad y la salud de cada trabajador. Es evidente la mala gestión, que sería aún más grave si obedeciera a la única lógica de obtener mayores beneficios»
Los empleados exigen cambios urgentes y amenazan con llevar el caso a los tribunales si no se atienden sus reclamos.
Este escándalo sacude a la Santa Sede en un momento delicado, poniendo en tela de juicio la gestión de sus instituciones y la coherencia con los principios de justicia social que pregona.
El mundo entero está a la expectativa de cómo se resolverá esta crisis sin precedentes en el corazón del Vaticano.