Nica fallece en desierto de EEUU tras ser abandonado por un coyote

Adonis Rivera Lanuza

El nicaragüense Adonis Jamiel Rivera Lanuza, de 19 años, falleció en el desierto de Arizona, luego de haber sido abandonado por un traficante de personas que llevaba a varios jóvenes de manera ilegal hacia Estados Unidos.

Yerson Rafael Rivera, de 23 años, dijo que la última vez que logró comunicarse por celular con su hermano Adonis, fue el 28 de junio, cuando le dijo que la migración los había perseguido y se había perdido en el desierto.

Veinte días después, a Yerson lo llamaron del consulado nica en Nueva York para informarle que habían encontrado muerto a Adonis en el desierto.

“Adonis me dijo que el grupo se había dispersado ese día 28 de junio. Yo le dije que subiera a un árbol para ver qué miraba y que se entregara a migración, pero la comunicación se cortó”, relató Yerson Rafael, quien no pudo volver a contactarse con su hermano.

Yerson Rafael Rivera, quien desde hace cuatro años vive en Bridgeport, Connecticut, dice que está angustiado ya que no puede trasladarse a Texas, donde está el cuerpo de su hermano, porque carece de estatus migratorio regular.

Sus padres viven en el municipio de El Sauce, en el departamento de León, y Yerson Rafael asegura que ellos tampoco tienen los recursos necesarios para repatriar el cuerpo de Adonis y sepultarlo.

La doctora Corinne E. Stern, jefa de examinación médica del Condado de Webb, en Texas, dijo que Adonis fue encontrado muerto una semana después con sus pertenencias intactas, entre estas un celular con el número de su hermano, a través del cual pudieron ubicarlo para darle la noticia.

Días después de la última comunicación con su hermano, Yerson Rafael conversó con otro nicaragüense que iba con él y le dijo que Adonis se había desmayado y el coyote que guiaba al grupo les dijo que lo dejaran porque la migra lo iba a encontrar.

Yerson Rafael pide “encarecidamente” a las personas de buen corazón que le ayuden a repatriar el cuerpo de su hermano que está en una morgue de Laredo, en Texas.

Además agradeció que el consulado nicaragüense en Nueva York lo ha apoyado de forma logística, pero necesita más ayuda para la repatriación.

“Le pido a la gente de buen corazón que me ayude. Estoy desesperado, no sé qué hacer”, dijo con lágrimas en sus ojos.

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