Nuncio Apostólico destacó cristianismo y solidaridad de los nicaragüenses

Al concluir su misión diplomática en Nicaragua, el Nuncio Apostólico en Nicaragua, Monseñor Fortunatus Nwachukwu aseguró que se va muy agradecido con el pueblo y satisfecho de ver que este es un país con muchos cambios y puntos positivos.

El Nuncio afirmó que logró compartir con todos los nicaragüenses y comprobar que son un pueblo cristiano, con gran amor a Dios, a Jesucristo y a María, y con gran admiración por el Papa.

Una cosa que le llamó significativamente la atención durante sus cinco años de estadía en Nicaragua, fue la Gritería en celebración a la Purísima Concepción de María.

“Me hace pensar lo que significa el amor de la madre…Es por eso que la fiesta de la Purísima habla mucho, dice mucho sobre la fe del pueblo nicaragüense en la figura, en la persona de Jesucristo, nuestro salvador”, agrega.

El representante del Papa Francisco dice ser un gran admirador de los altares a María, por lo que cada año aprovechaba para visitar los que tradicionalmente se instalan en el centro de Managua.

“La Purísima es un espejo de la caridad que vive el pueblo nicaragüense, la solidaridad que se vive…la Gritería es algo bíblico, pues representa una expresión de gozo frente al regalo que el Señor nos ha hecho por medio de una mujer” indicó.

Otra cosa que captó la atención al alto prelado es que todas estas manifestaciones religiosas cuentan con el respaldo del gobierno central.

“Naturalmente es un modo muy importante para apoyar a los cristianos. Un pueblo sin valor es un pueblo que va hacia la ruina, pero un pueblo con valor sí que es un pueblo que va hacia el bien común”, indicó.

También se mostró muy satisfecho de la firmeza con que en Nicaragua se apoya a la vida, sobre todo a “la vida no nacida”.

El representante del Papa Francisco dice que la diferencia con todos lugares donde ha vivido es que en Nicaragua se ve que hay cambios positivos palpables, los que vio en su labor evangelizadora en todo el país.

Nwachukwu aseguró que cuando arribó hace 5 años le habían advertido que Nicaragua era una nación pobre, violenta y que por tanto tendría un destino muy difícil, y que no le tomó mucho tiempo convencerse de lo contrario.

“Me decían que Nicaragua es un país difícil con violencia, con pobreza, el segundo más pobre de las américas, pero tengo que decir que después de apenas un mes, dos meses, yo empecé a decirme que si dificultad de un país, de un destino, es como la que tenía en Nicaragua, entonces bienvenida la dificultad”, concluyó.

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