La historia registra los esfuerzos e inspiraciones de numerosos intelectuales europeos que a lo largo del tiempo, atraídos por la magia de la tierra de lagos y volcanes, han creado una diversidad de páginas literarias y científicas que dan cuenta de la originalidad, riqueza cultural y extraordinaria belleza natural de la patria de Sandino y Darío.
Nombres como Carl Bovallius, científico sueco autor de “Nicaraguan Antiquities”, libro publicado en 1886; o estudiosos contemporáneos como el danés Gorm Rasmussen, traductor de Rubén Darío, ocupan lugares meritorios en el acervo nicaragüense.
Además, las bibliotecas incluyen en sus estantes las obras de muchos otros autores, de diferentes disciplinas, que merecen ser recordadas.
La prolífica pluma del cronista finlandés Håkan Mörne, quien en la década de 1940 navegó tres días por el Río San Juan y cuyos escritos sobre Nicaragua se encuentran en finés y sueco, es digna de capítulos apartes.
No solo la obra de Mörne los merece. Al talentoso sueco-hablante, nacido en Helsinki en 1900, se le suman una pléyade de notables escritores de Europa del Norte que en diferentes épocas se inspiraron en los encantos nicaragüenses y publicaron libros fascinantes sobre nuestra tierra, como “Through Unknown Nicaragua”, del bri-tánico Mervyn G. Palmer, quien estuvo en nuestro suelo en tiempos del general José Santos Zelaya.
Otros literatos han sido seducidos por nuestro país sin haberlo visitado, como Pekka Jaatinen (Finlandia, 1966), quien en 2013 publicó “Torpedo”, novela de ficción de 468 páginas sobre “José”, un boxeador hijo de madre finlandesa y padre nicaragüense.
Con prosa ágil y amena, el libro, en cuya contraportada destaca la imagen de una paradisíaca playa nicaragüense, narra la vida del pugilista fuera y dentro del cuadrilátero.
Jaatinen comentó a Ricardo Alvarado, embajador de Nicaragua en Finlandia, que se inspiró en los relatos de un amigo finlandés que ha visitado nuestro país en numerosas ocasiones.
“Aún no he estado allí, pero sé que es un país encantador”, dijo el novelista.
Ciertamente la Patria de Sandino y Darío lo es, Tierra de gente hospitalaria y de paisajes sublimes, que continuará inspirando almas y corazones, más allá de la historia.