Las Embajadas de Nicaragua ante la República de Italia y ante la Santa Sede y la Soberana Orden de Malta, en nombre del Pueblo de Nicaragua, ofrecieron una ofrenda floral, una oración y el tradicional grito: “¿Quién causa tanta Alegría? ¡La Concepción de María!” en el monumento más emblemático que conmemora la instauración del dogma católico de la Inmaculada Concepción de María en 1854, la majestuosa Columna de la Inmaculada ubicada en la Plaza Mignanelli, contiguo a Plaza España en Roma.
Acompañó el “saludo a la Bienaventurada Virgen María”, con alabanzas y reflexiones franciscanas, el fraile Saúl Flores Interiano, Guardián de la Curia General de la Orden de Frailes Menores, congregación religiosa que promovió la devoción a La Purísima y “La Gritería” en Nicaragua, y cuya práctica, única en el mundo, expresa una intensa devoción de gran valor Histórico, Cultural, Familiar y Comunitario.
Los franciscanos, discípulos de San Francisco de Asís, tienen a la Inmaculada Concepción por Reina y Patrona de la Congregación fundada hace más de 800 años.
Acompañaron, entre otros, a los compañeros Embajadores Mónica Robelo y Francisco Javier Bautista, el doctor Julio César Caballero, de la Comisión para América Latina de la Santa Sede, Delegado del Prefecto de la Comisión para América Latina y de la Congregación de los Obispos.
A este mismo monumento, el Papa Francisco se presentó de manera privada, a las 7 a.m., bajo la lluvia otoñal del 8 de Diciembre, con un ramo de rosas blancas y con una oración a la Virgen María encomendó al mundo “afligido por la enfermedad y el desánimo”, continuando la tradición que, a pesar de las limitaciones impuestas por la pandemia, ocurrió sin presencia de la multitud de fieles que cada año asiste con Su Santidad.