Este fin de semana, 210 maestros de todo el territorio nicaragüense, iniciaron el curso de lenguaje de señas y de intérpretes, que se desarrollará durante todo el año en siete sedes departamentales, con el objetivo de facilitar la educación a estudiantes que han perdido la capacidad vocal y auditiva.
“Tenemos una sede en Bluefields, Matagalpa, Estelí, Granada, Managua y en otros departamentos, para que los docentes puedan acudir, siendo seleccionados como requisito los maestros que tienen estudiantes sordos en sus salones de clases”, explicó Silvio Tamarí Vásquez, asesor pedagógico nacional.
“Creemos que es importante que el docente adquiera el dominio del lenguaje de señas y pueda enseñarle a los estudiante en su propio idioma y que aprendan estos a escribir el español como su segunda lengua”.
Paralelo al curso de lenguaje de señas, 26 docentes que ya tienen conocimientos en estos tipos de signos, se preparan en el curso de intérpretes.
“Además del dominio del lenguaje de señas van a saber traducir en el idioma español y en el idioma del lenguaje de señas a la comunidad o población sorda en general, esto para que la adquisición del conocimiento sea más sólido, exhaustivo y enmarcado en el código de ética del intérprete”, señaló Tamarí.
Los docentes con este nuevo aprendizaje podrán brindar una mayor calidad educativa a unos 1200 niños y niñas.
Alejandra Ramírez del colegio Gaspar García de Tipitapa, manifestó que “El lenguaje de señas considero que es muy importante porque es cuestión de derechos. Los niños están en las aulas de clases y necesitan que el maestro tenga la capacidad de comunicarse con ellos”.
Por su parte, Aracelly Margarita Castro Pérez, del departamento de Chinandega, contó que anteriormente aprendió el lenguaje de señas y ahora está en el curso para ser intérprete.
“Actualmente trabajo en un colegio público de secundaria en el departamento de Chinandega, atiendo un tercer año de secundaria y para estar aquí en este curso intensivo para lograr ser intérprete de señas tuvimos el curso básico que fue bien importante porque así nos comunicamos con los sordos”.
“Lo más importante es poder ayudar a la comunidad sorda porque así los integramos en nuestros sociedad como personas de provecho, que aportan algo porque ellos son tan comunes y normales como nosotros por lo tanto pueden ejercer cualquier tipo de trabajo en la comunidad”, resaltó Aracelly.